domingo, 10 de abril de 2011

20 de julio de 1920, una gran fecha.


(Fotografía: Vicente Caballero, fecha y autor desconocido)


Una vez hubo un hombre de mirada serena y pura, de espíritu alegre y dicharachero que compartió los primeros ocho años de la vida de una de sus nietas. Esa nacida una tarde de verano, la que pasaba horas, días sentada en sus piernas mientras él la acunaba al son de canciones montañesas o cualquier historieta; la niña tímida con la que daba paseos,a la que hacía rabiar o se escondía entre las sábanas por las mañanas.
Ella recuerda aquella mañana primaveral en la que los papeles se intercambiaron, ahora los poemas le adormecian y ella observaba. Presentía que ese sería uno de los últimos momentos que pasarían juntos,se acercaba el “hasta siempre”, pero aun así siguió recitando hasta la extenuación  para, al menos por unas horas, hacerle perdurable, para creerles eternos.
Una tarde de abril la llamaron por megafonía durante sus últimas horas de clase, había sucedido y ahí estaban, esperándola. Montó en el coche y le dieron la Noticia, se giró hacia la ventana, observó como llovía y creyó que el cielo hacía lo que en sus ojos se contenía.El agua inundaba las calles, apenas se veía a través de los cristales pero no quería expresar ningún sentimiento. Mantenerse fuerte, impasible ante aquel desconocido era su meta. Sin embargo, cada vez que echaba la vista atrás,que traía hacia sí un mísero instante vivido se daba cuenta de cómo con tan poco una persona había hecho que significara tanto. Asistió al entierro por decisión propia, vio cómo se desgarraban las almas de todos los allí presentes mientras  permanecía  serena, observante. Consiguió la meta propuesta  al acomodarse en aquel coche horas antes,aunque lo que nunca logró fue olvidar.
En memoria de Vicente Caballero, un hombre que me enseñó más de lo que un día creí y que sigue conmigo aun pasado el tiempo. Gracias por darme en ocho años lo que muchos en veinte no han conseguido ni conseguirán.


Y él dijo: “Recuerda, nunca hagas al prójimo lo que no quieras que te hagan a ti.”